Descripción de la obra:
Ubicado en el sureste del país, en un área fronteriza con Guatemala, forma parte de la magna obra del Tren Maya. En este contexto, se construyó un nuevo puente ferroviario y se realizaron trabajos de mejoramiento y adecuación con fines turísticos, así como labores de mantenimiento y rehabilitación del puente vehicular Boca del Cerro.
Este puente, construido en 1950, tiene una longitud de 160 metros y una elevación de 108 metros. Se localiza a 8 kilómetros del centro de Tenosique, Tabasco, en la salida de la carretera internacional que conduce al municipio de Emiliano Zapata. Cruza el río Usumacinta y es un puente de arco expuesto con estructura de acero. Las obras se desarrollaron a partir de un análisis previo del estado estructural del puente, con el fin de identificar las áreas afectadas por corrosión.
El proyecto integral contempla el impulso al ecoturismo y la promoción del turismo regional, la construcción del nuevo puente ferroviario para el paso del Tren Maya, y la conservación del puente vehicular existente. Todas estas acciones se enmarcan en el conjunto de obras de infraestructura emprendidas en el sureste del país. Cabe destacar que, en 1937, el puente fue proyectado con el objetivo de conectar la península yucateca con el centro del país. Su diseño original consideró cargas vivas tipo Cooper C-50 para una vía férrea —por donde actualmente transita el tren conocido como “La Bestia”— y H-10 para dos unidades de camiones. La construcción inició en 1948 y concluyó en 1950.
Solución ULMA
Cada una de las piezas de este puente fue fabricada en Monterrey y trasladada a Tabasco para su montaje. Para los trabajos de mantenimiento, ULMA suministró cuerpos de Andamio Multidireccional BRIO, que funcionaron como plataformas suspendidas.
Se implementaron dos tipos de estructuras temporales: el andamio bajo puente y el andamio en la zona de ménsulas. La primera estructura, una plataforma suspendida bajo el puente, consistió en un andamio colgante de 36 metros de largo por 13 metros de ancho, equivalente al ancho de la vía. La planificación de la obra contempló el anclaje del andamio a la estructura existente, así como su desplazamiento a lo largo del puente, conforme a las necesidades de las maniobras de mantenimiento.
Esta gran plataforma descolgada se ejecutó con Andamio Multidireccional BRIO, diseñada en módulos de 1.50 por 2 metros de largo máximo. La modulación se definió en función de los puntos donde era posible realizar amarres seguros a la estructura existente, y tras una revisión de cargas estructurales. El requerimiento del cliente estipulaba que la plataforma debía soportar una carga de hasta 230 kg/m², para garantizar la operación segura de maquinaria, herramientas y personal durante los trabajos de mantenimiento.
El paso vehicular del puente cuenta con un tablero estructural compuesto por vigas primarias y secundarias de acero. Fue sobre estas últimas donde se realizó el anclaje de las plataformas suspendidas. Las piezas clave en este proceso fueron los soportes de plataforma y las abrazaderas tipo IPN, las cuales permitieron fijar de manera segura el andamio a la estructura existente. Estas plataforma de 36x13 metros tuvo dos tipos de desnivel en función del peralte de las vigas de la estructura existente.
Para darle rigidez al gran cuerpo de andamio, se incorporaron arriostramientos estratégicos y tres accesos, diseñados con soluciones flexibles que permitieron adaptarse a las condiciones estructurales a lo largo de todo la estructura.
En el lado del puente destinado al paso del ferrocarril, la estructura presentaba particularidades que impedían el uso de abrazaderas tipo IPN. Ante esta situación, se desarrolló una solución alternativa mediante amarres con diseño tipo collar, adaptados a las condiciones específicas de ese tramo.
Por otro lado, en el extremo opuesto correspondiente al paso peatonal, la estructura cuenta con ménsulas que requirieron intervenciones puntuales en los nodos de conexión con las vigas primarias. Para ello, se diseñó un módulo particular que operó de manera independiente a la plataforma principal. Este módulo tuvo un sistema de anclaje en la parte superior e inferior del tablero del puente, ubicado a 2 metros dentro del borde. Su diseño implicó un análisis detallado del sistema de andamiaje, con énfasis en los arriostramientos y contraventeos, para evitar vuelcos y cumplir con los requerimientos de capacidad de carga. Dado que este módulo se situaba en el borde del puente, se incorporó un acceso especial e independiente, equipado con una plataforma con trampilla, con el objetivo de maximizar la seguridad durante los trabajos de mantenimiento.
El equipo suministrado incluyó materiales específicos para atender la zona del arranque del puente, la cual presentaba condiciones particulares que exigieron un diseño distinto al de la zona central. Adicionalmente, se proporcionó un módulo de plataforma descolgada o suspendida de 16 metros de largo, con el objetivo de complementar el avance de los trabajos a lo largo de toda la estructura del puente.
Se realizaron todos los análisis y cálculos estructurales necesarios conforme a los requerimientos del cliente, considerando tanto las características de los trabajos a ejecutar como la incidencia de cargas generadas por el viento.
La solución de ingeniería y los diseños fueron respaldados por asesoría técnica en sitio. En todo momento, el cliente contó con el acompañamiento necesario para adaptar y resolver los retos surgidos durante el desarrollo de la obra. Este proceso fue apoyado por nuestro modelo de ingeniería desarrollado con metodología BIM, que permitió visualizar con precisión la conexión entre cada elemento y asegurar una correcta colocación de las piezas, garantizando así un montaje seguro y eficiente.